Era pleno verano. Un día de esos en los
que sudabas con solo poner un pie en la calle. La gente en la misma iba mirando
si podía refrescarse en algún bar o en alguna sombra de los portales. Pero eso
a mí me daba igual, porque yo estaba trabajando en una joyería de la zona y
tenia aire acondicionado. De vez en cuando, decía a algún transeúnte que
entrara a refrescarse y este lo hacía, aparte de que miraba los expositores.
Cuando se iba, me daba la gracias y yo le decía que si volvía a pasar que
volviera a entrar si seguía acalorado.
Paso el resto del día más tranquilo, porque
bajo el calor, hasta que cerca de la hora de cerrar entro un grupo de gente,
entre el que iba una chica guapísima, vestida muy elegantemente con un vestido,
pero que tenía un escote que casi no dejaba nada a la imaginación de unas tetas
casi perfectas. Además, tenía tatuada una estrella en la mano derecha.
-¿Te has fijado en esa chica que se parece a
la actriz porno esa, como se llama, Tarra no se que...?
-Claro que me he fijado, compañero, jejejejejejeje-
respondí. Esta era un poco más alta y un poco más delgada, pero sí que se
parecían, si, sobre todo en que las dos eran pelirrojas.
Cuando entro este grupo, estuvimos mi
compañero y yo enseñándoles el muestrario, así como a otras personas que
entraban de vez en cuando, y así durante un rato (varias personas compraron
varios artículos), hasta que de repente se fue la luz...
-Sal a ver qué ha pasado, que parece que ha
sido en toda la calle- le dije a mi compañero. Solo quedaban en la tienda la
chica y dos personas más.
-OK, voy a ver- respondió el.
Mientras mi compañero iba a ver qué
pasaba, yo vigilaba que no pasara nada raro en el local, pues estando casi a
oscuras podía pasar cualquier cosa...Y paso algo, pero no lo que yo pensaba que
podía pasar...
Porque
estaba dando vueltas por la tienda, para vigilar que no hubiera ningún problema
añadido, cuando noto que alguien esta andando alrededor mío. En un momento que
pase por una ventana a la que daba una farola, vi que era la chica que se había
quedado en la tienda...
...Que aprovecho ese segundo de luz para
besarme varias veces. Yo me quede sorprendido, pero cuando pasamos a una zona
de sombra para besarla en el cuello y darla la vuelta, para poder meter las
manos por el escote y acariciar sus preciosas tetas varias veces, antes de
seguir bajando por su abdomen, mientras seguía besando su cuello, hasta llegar
a sus braguitas...
...Donde metí una de mis manos, mientras
con la otra acariciaba sus pechos alternativamente, para descubrir que estaba
muy mojada. Así que aparte un poco la tela de la prenda y empecé a meter un par
de dedos, poco a poco al principio y más rápido después. La chica empezó a
resoplar ritmicamente, acompasando su respiración a cuando yo metía mis
dedos...
...Estuvimos así varios minutos, hasta que
los dos notamos que ella se corría, que fue cuando ella se volvió, me beso y
salió de la tienda después de colocarse bien la ropa que habíamos movido, no
sin lanzarme un último beso en la puerta, pues ya había vuelto la luz...
-¿Que
había pasado, compañero?-pregunté, después de recuperar el aliento.
-Que
habían subido demasiado los aires acondicionados y se fundieron los plomos en
la subestación de aquí al lado-respondió el.
-Aaah,
coño... Normal, con este calor-dije yo. Acto seguido, cerramos el
establecimiento y nos despedimos hasta el día siguiente, aunque yo seguía pensando
en la chica y lo que había pasado entre ambos.
Pasaron los días y seguía haciendo un
calor del copón. Mi compañero y yo seguíamos dejando entrar a la gente a
refrescarse y mucha gente lo hacía, porque iba con un sofocón muy grande. A
veces vendíamos algo y otras veces no, pero siempre nos agradecían que les dejáramos
quitarse el calor, aunque fuera por poco tiempo.
Estuvimos así por algunas semanas,
haciendo unos días un calor normalito y otros ya se salía del termómetro, hasta
que paso lo que tenía que pasar por tanto y tanto achicharra-miento desde el
cielo... se volvió a ir la luz con clientes en el establecimiento...
-¡¡Pero
otra vez!! ¿No lo habían arreglado?- dijimos mi compañero y yo a la vez.
Le dije a mi compañero que saliera a ver
si era como la otra vez. Siempre salía él porque así lo habíamos acordado
cuando empezamos a trabajar juntos, ya que él tenía ciertos conoci-mientos de
electrónica y electricidad.
Se fue y yo mire quien estaba en la
tienda. Había cuatro clientes y, para mi sorpresa, me pareció ver a la misma
chica de la otra vez, pero cuando volví a mirar ya no estaba allí... O eso creía
yo...
...Hasta que note que había alguien detrás
mío. Me volví y era la misma chica de la otra vez, que se agachó y se metió en
un hueco que había debajo del mostrador y me obligo a darme la vuelta, porque
me había quedado tieso, de espaldas a ello, por la sorpresa.
Nos miramos a los ojos con picardía y ella
empezó a bajarme la cremallera y me sacó la polla y empezó a acariciarla y,
aunque ya estaba dura porque la chica lo merecía con solo verla, se puso
todavía más dura.
Una vez que la tuvo como ella quería, se
la metió en la boca y procedió a jugar con su lengua en la punta de la misma,
hasta que bajo con su lengua hasta el final y volvió a subir y así varias
veces, unas veces más rápido y otras más despacio...
Cuando la chica noto que la cosa estaba a
punto, empezó a subir y bajar con la lengua por mi polla, hasta que me corrí en
su boca, coincidiendo con la vuelta de la luz al establecimien-to...
La chica se limpio la boca con un pañuelo
que llevaba y se levanto, mientras yo me subía los calzoncillos y los
pantalones. Como ya había vuelto la luz, y había clientes, hicimos como que
habíamos estado buscando unos pendientes que se habían caído al suelo...
Cuando los encontramos, se los di y la
acompañe hasta la puerta y se fue, así como los demás clientes que había en el
local, cerrando a continuación hasta el lunes, pues era viernes...
-¿Que ,
había pasado lo mismo?- pregunte a mi compañero.
-Exactamente
lo mismo, tal cual igual que la otra vez- respondió él.
Una vez que revisamos que todo estaba en
orden, entramos en el despachito que teníamos allí y cogimos las cazadoras,
cerramos todo bien y no fuimos para nuestras casas, despidiéndo-nos hasta el
próximo día de trabajo.
Otra vez pasaron los días y las semanas,
esta vez más tranquilamente en lo climatológico, pero no tan tranquilo en lo
laboral, porque hubo una invasión de turistas que vendimos casi toda la tienda en
dos semanas, alucinados estábamos todos con el asunto. Pero bueno, eso al final
era bueno para todos, porque estábamos metiendo dinero en la sociedad que nos
pagaba cada fin de mes.
Como digo, pasó el tiempo y un día estábamos
los dos chicos de siempre ya cerrando la tienda y paso algo raro... Nos pareció
ver entrar a la chica de siempre, pero miramos alrededor de toda la tienda y no
la vimos, así que pensamos que habíamos visto un reflejo de luz en un
escaparate o alguna otra cosa...
Cerramos la tienda y mientras mi compañero
terminaba de bajar la persiana metálica, yo me fui al despacho a coger la
cazadora y sorpresa, sorpresa... No habíamos visto mal, la chica había entrado
de verdad...
Estaba sentada en la silla del despacho,
con un vestido que no dejaba nada a la imaginación...
-Que, a
la tercera rematamos la jugada o no...-dijo, con una sensualidad extrema.
Y dicho eso, se levanto y empezó a besarme
y a llevarme hacia el sofá, donde se volvió a sentar. Yo la seguí, bueno, casi
me arrastró y le quite el vestido antes de que sentara y estaba mucho mejor sin
él, aunque con él estaba de cine...
Acto seguido, empecé a besarla en el cuello,
para ir bajando por su cuerpo y llegar a sus preciosas tetas, donde comencé a
lamerla los pezones, primero uno y luego el otro, a la vez que acariciaba sus
pechos alternativamente...
Después de un rato, fui bajando hacia el
sexo de la chica, lamiendo todo el cuerpo de la belleza que tenía delante,
hasta que llegue a lo mencionado anteriormente, que encontré muy mojadito...
-¿Que
pasa aquí?- oímos que decía alguien. Miramos y era mi compañero, que entraba en
el despacho.
La chica levantó un poco la cabeza y le
hizo un gesto para que se acercara, cosa que mi compañero hizo, y mientras le
bajaba los pantalones y empezaba a chuparle la polla, yo seguía lamiéndola su
rico sexo, que estaba cada vez más mojado...
De vez en cuando, intercalaba los dedos en
masturbar a la chica, mientras ella desvestía a mi compañero y le besaba en el
torax varias veces, mientras gemía de placer varias veces...
-¡¡Aaaaaaaaaaaaaaayyyyyy,
que rico, chicos. Seguid, seguid!!
Al cabo de un rato, nos intercambiamos los
roles y mientras a mi me desvestía, era mi compañero quien la lamia el coñito,
moviéndose la chica al compas de lo que marcaba mi compañero con su lengua y
sus manos...
Al cabo de un rato, la chica hizo un gesto
y se levantó de la silla, para que mi compañero se sentara en la silla y la
penetrara su rico culito, mientras yo me ponía delante de ella y la pene-traba
su mojado coñito. Así empezamos a movernos los tres, al principio más despacio
y luego más rápido, hasta acompasar el ritmo los tres...
Luego de unos minutos, cambiamos de posición
y fui yo el que se sentó en la silla y mi compañero fue el que se puso de la
chica, que tenía una cara de placer extremo y estaba moviéndose arriba y abajo,
abajo y arriba y viceversa...
Pasado un rato, la dije al oído que si se
ponía a cuatro patas en la mesa y me indico que sí, que adelante, así que todos
nos levantamos, la chica se apoyo en la mesa y yo la penetre por detrás, muy
suavemente cuando empecé, para ir subiendo el ritmo a medida que la chica se
volvía a excitar... Mientras, a mi compañero le lamía su sexo la chica hasta que
se corrió en su boquita, dejándole el pene bien limpio según vi mientras seguía
hacia dentro y hacia afuera...
Mi compañero se fue vistiendo, sentado en
la silla y, al rato, la chica y yo notamos que nos íbamos a correr, así que la
chica se sentó en la mesa y me agarró el pene, masajeándolo y lamiéndolo hasta
que salió el semen en su mano... A la vez, yo la acariciaba su sexo hasta que
note un liquido caliente en la misma...
Cuando ya todo estaba tranquilo, pero la chica
estaba a medio vestir, vi que en un estanque había un tarro de crema, así que
lo cogí y empecé a aplicársela y como no decía que parase, seguí untándosela en
su delicioso cuerpo, sobre todo en sus preciosas tetas, que seguían con los
pezones excitados...
Cuando ya todo estuvo aplicado y
tranquilo, la dijimos a la chica que si quería venir a tomarse algo, a lo que
dijo que si, y fuimos a un bar que estaba al lado de la tienda. Cuando ya nos
despedíamos, note algo en su mano que me hizo dudar que fuera la misma chica de
las otras dos veces... Pero como no estaba seguro de que era, nos dijimos
"hasta la próxima"... Y no sé porque, creo que habrá una próxima
vez...