viernes, 25 de mayo de 2012

El Dentista


ANTECEDENTES: El jueves 10-5-2012 fui al dentista a que me sacaran una muela y los hechos relatados en este relato sucedieron esa misma noche, soñándolos todos seguidos.

Yo tenía dolores en la boca y me mira a un espejo y descubrí que tenía una muela con problemas. Así que fui al dentista y dijo que la mencionada muela estaba careada y que había que sacarla, pero que como parecía que tenía una infección bastante gorda, que tomara antibióticos ocho días y me dio cita para doce días después.

Al volver a casa, me encontré con una nueva vecina y vi que estaba buenísima, unas tetas de impresión, un culazo perfecto, un pelo negro precioso hasta los hombros… vamos, una mujer de bandera.

   -Hola, soy _____, su vecino de arriba –dije yo, presentándome.

   -Soy _____. Gracias – respondió ella.

   -Lo que necesites, subes y me lo pides – volví a decir yo.

  -Gracias, vecino – dijo _____.

Y entramos los dos en el ascensor, subiendo ella al segundo piso y yo al tercero, que es donde vivo. Estuve un par de días pensando en _____. La volví a ver en una fiesta que se hizo en la comunidad. Estaba preciosa y yo tenía la necesidad de no levantarme mucho, porque se notaría que mi polla estaba muy dura por lo buena que estaba la chica. Además, cuando se agachaba enseñaba las tetas, cuando se levantaba sus piernas y su culito… vamos, que me ponía la chica…

Termino la fiesta y todos los vecinos nos fuimos a nuestras casas. Yo subí en el ascensor con una vecina de la planta y con la chica que me ponia dura. La cosa ya era una cosa a punto de estallar. Llegamos a nuestra planta y yo entre en mi casa y tuve que masturbarme porque ni podía más, iba a estallar… y todo por la tía buena de mi vecina de abajo… aunque por su cuerpazo se lo merecía (y también algo más, jejejejejejeje… pero eso era mas difícil, jejejeje).

Al cabo de unos días (diez, para ser exactos) de esto, tuve que ir a la cita del dentista, donde me sacaron la muela y me curaron la infección. La enfermera me recordó a mi vecina y eso en el viaje de vuelta me puso mas cachondo que de costumbre. Cuando llegue a casa aparque el coche en el garaje y subi en el ascensor hasta mi planta. Al salir del mismo, cual fue mi sorpresa que me encontré con el objeto de mis pensamientos llamando a mi puerta. Pense que queria pedirme algo, como azucar, sal, etc. (cosas de las peliculas, jejjejejeje).

   -¿Qué tal, vecina? – pregunte, mientras abria la puerta.

   -Bien, bien. Necesitaría comentarte una cosilla, jejejejeje – dijo ella. La indique que pasara y se sentara en la cocina, todo ello en el mismo gesto.

   -¿Quieres tomar algo? – pregunte mientras me sentaba a su lado. Llevaba un vestido consistente en un top blanco ajustado y una faldita corta roja que marcaba su figura como la primera vez que la vi. Estaba requetebuenísima.

   -No, de momento no – dijo ella, con una sonrisa picarona que me dejo perplejo. Creo que se dio cuenta.

   -Bueno, ¿y de que querias hablarme? – dije, tras un rato de charla intrascendente sobre de donde era, que la había decidido a trasladarse allí…

    Pero, en vez de contestarme, me plantó un beso en la boca, que yo la devolví encantado, al verdad, porque había pensado en ello varias veces. En ese momento intuí de que quería hablarme… y ella también se dio cuenta.

   -¿Lo entiendes ahora? Me has puesto desde el primer día que te vi...

   -Pues has tardado en decírmelo, jejejejeje – repondí mientras la metia la mano por el top para levantarselo y acariciar sus preciosas y estupendas tetas.

Ella se tendió un poco en la silla para que pudiera pasar mi lengua (se me habia olvidado que tenia una muela recién extraida) por sus tetas, a la vez que bajaba las manos a su coñito. Ambos movimientos combinados hicieron que la chica empezara a calentarse…

   -Mmmmmm, que bien lo haces… Que manos tienes – gritaba ella de vez en cuando.

Al cabo de un rato, la dije que se pusiera de pie y que se apoyara en la encimera. Ella asi lo hizo y yo la penetre por detrás, empezando con un movimiento dentro-fuera que la ponía muy caliente y muy cachonda. A la vez, con una mano la masajeaba la parte de arriba de su coñito.

   -Mmmmmm, sigue, sigue… me encanta que me follen de pie – gemia de vez en cuando.

La dije que se cambiara de postura, mientras la quitaba la faldita y la penetre por delante, mientras volvía a lamerla las tetas. El movimiento tenía a la chica muy caliente, como note cuando baje mi mano a su conito para majajearselo otra vez y que se alcanzara el punto de ebullición en los dos a la vez. Ella, apoyada en la encimera, se tendia para atrás y para adelante según quería que mi polla entrara mas adentro o se quedara mas afuera.

   -¡¡¡Si, si, si…!!! Que bien lo haces… Sigue follandome, cielo – gritaba mientras se acariciaba las tetas con sus manos y se lamia los pezones con su lengua de vez en cuando.

Al pasar unos minutos, me dijo al oído que me apoyara yo en la encimera y así lo hice. Se agacho y empezó a chuparme la polla con su linda boquita. La lengua de la chica hacia maravillas con mi sexo, lo que me le ponía a mil… y a mi a dos mil. Subia y bajaba, subia y bajaba, subia y bajaba. ¡¡Joer, que bien lo hacia!! Unas veces se la tragaba entera, otras solo la puntita, otras veces hasta la mitad… Otro rato hacia dar vueltas a su mano por toda la extensión erecta de mi polla, aparte de acariciar la bolsa de los testículos con sus manos y con su boca a veces.

Al cabo de un rato nostamos que nos corríamos y yo me masturbe para acabar sobre sus tetas y ella paso sus manos por su coñito mojado y sus tetas hacia su boca, para lamerse los dedos de una manera sensual, muy sensual…

Nos volvimos a sentar en las sillas de la cocina y hablamos sobre todos los temas habidos y por haber. Al cabo de unas horas, volvió a su piso y prometió volver a subir… Yo la dije que igual bajaba yo antes, jejejeje. La despedi en la puerta tirándola un beso mientras bajaba por la escalera y me meti en mi casa, para ducharme y descansar, recordando lo sucedido esa tarde.

lunes, 21 de mayo de 2012

El Gimnasio

Estoy suscrito a un gimnasio cerca de mi casa y voy todos los miércoles y los viernes a hacer unos ejercicios para mantenerme en forma. Después de ir todos los días mencionados durante un par de meses, sin que hubiera nadie en un despachito que existe en la parte izquierda de la recepción, al fondo de la misma, de repente un día vi aparecer a una chica muy guapa y que estaba buenísima. Al cruzarse conmigo la salude y ella me devolvió el saludo. Entonces vi en ella una sonrisa preciosa. Cuando se fue hacia la planta de arriba insinuó unas piernas bellísimas y un culito respingón muy bien formado.

Desde entonces, cuando entraba en el edificio (que también es el polideportivo del pueblo) miraba hacia la puerta del despachito a ver si veía a la chica. Unas veces estaba y otras no, porque su trabajo era el de RR.PP. (lo ponía en una placa en la puerta) y esto la llevaba a ir a otros gimnasios, a resolver problemas fuera del edificio, conversar con clientes en su despacho sin salir de él, etc., etc., etc. La verdad es que iba más a gusto desde que descubrí que estaba ella, porque hacia el ejercicio pensado en ella… y en alguna otra cosa con ella, jejeejejeje.

Total, que así fueron pasaron los días, cruzándonos en la entrada y saludándonos, yo intentando disimular una sonrisa picarona cada vez que me cruzaba con ella y ella me dio la impresión de que también pensaba en algo más cada vez que nos cruzábamos en la puerta de entrada, pero bueno, jejejejeje, es un impresión mía…

Total, que llegó un día de finales de mayo/principios de junio (no sabría decirlo exactamente) en el que cuadro que llegue antes de mi hora porque había ido a una reunión muy estresante y complicada (que salió bien, por cierto) y tenía que quemar todas las malas energías (vamos, la mala leche) que me había producido la susodicha. Ese día deje el coche en el aparcamiento, subí las escaleras hacia el gimnasio (porque estaba en la planta de arriba y la pista del polideportivo en la de abajo) y poco a poco me fui acercando a la puerta del gimnasio, cuando ella sale del mismo con una atuendo que la hace estar todavía más guapa, sexy y deseable que hasta entonces. Llevaba unas mallas ajustadas negras como pantalones y unas sudadera azul muy sexy. El conjunto daba una sensación muy buena.

   -Hola – la dije- ¿Hoy has usado los aparatos?

   -Sí, porque tenía que probar un par nuevo y he aprovechado para quemar alguna caloría, jejejeje – respondió ella.

  -Me alegro, me alegro. Así sé que todos están en buen estado… si los ha probado la jefa, jejejejeje –hable yo, señalando con la cabeza hacia el interior de la estancia.

Y así fue como ella se dirigió hacia los vestuarios, situados en la parte de abajo del edificio y yo entre  en el gimnasio para ejercitarme ese día. Pasaron 20/30 minutos (no estoy seguro, porque deje el reloj en el coche) y la estancia empezó a vaciarse hasta que solo quedé yo en ella. De repente, tras otros 5/10 minutos apareció la chica para preguntarme si estaba a gusto con los aparatos, ya que era el único que no había contestado a una encuesta que estaba haciendo.

   -Ah, no sabía que estaba haciendo una encuesta – respondí yo.

   -Ya me imagino, la empecé el lunes y el miércoles no estuve aquí, así que… ¿puedes rellenármela ahora? – preguntó.

Llevaba la misma ropa que cuando la había visto al entrar, pero nueva, no la misma, porque se la había cambiado. Solo era nueva una cazadora gris muy bonita. Me acerco la encuesta y un boli y nos rozamos las manos y creí percibir que se estremecía un poco…

Rellené el documento y se lo devolví. Volví a percibir que se estremecía cuando la devolví el boli. Se la guardo en una carpeta que llevaba y yo, pensando que se iba, volví a mi aparato (que en ese momento era un banco de abdominales). Al llegar al mismo, note un ruido y me volví. Había sido la chica, que al quitarse la cazadora había rozado una lata de refresco de naranja que alguien había dejado allí olvidada. Al verla, me dio un vuelco el corazón y otra cosa empezó a desbocarse. Solo llevaba un sujetador negro que la tapaba sus preciosas tetas (eso también era nuevo, porque la primera vez llevaba una sudadera azul), pero nada más (todo la parte de arriba del cuerpo la llevaba desnuda). Estaba preciosa y muy sexy…

   -Creo que te diste cuenta de que al rozarme la mano me ponía cachonda, ¿no? – pregunto.

   -S… s… s… si – respondí yo. Vi que se iba acercando a mí y que cada vez parecía que estaba más buena.

   -¿Y no vas a hacer nada más? – dijo ella. Y al llegar a mi lado empezó a besarme  el cuello por detrás.

A mi ese beso me puso muy caliente, porque además fue pasando por todo el cuello hasta llegar al lado contrario. Mientras, pasaba su mano derecha por mi entrepierna, poniéndola dura, muy dura.
Me di la vuelta en el aparato y la bese yo también en el cuello varias veces, pasando por sus labios y otra vez su cuello. La chica se fue echando hacia atrás en el aparato y yo fui bajando de su cara hacia sus pechos, quitándola el sujetador horizontal. Empecé a besarla las tetas poco a poco, pasando a los pezones con mi lengua, primero uno y luego otro… así durante un buen rato.


   -¡¡¡¡Si, si, si, ponme cachonda, amor mío!!! – gemía ella de vez en cuando.

Empecé a bajar por su pecho, besándola y lamiéndola mientras bajaba. A la vez, con una de las manos acariciaba muy suavemente primero un pezón y luego el otro para que siguieran duros. Ella también ayudaba con sus manos.

Seguí bajando por su cuerpo hasta llegar al panti ajustado, que levante un poco para meter mi mano izquierda para poder masajear el coñito de la chica, notando que estaba humedísimo. Seguí así un rato, hasta que la chica se levantó, se quitó el panti, dejando a mi vista un culito redondo y perfecto. Me acerque a ella y comencé a besarlo, mientras que con una mano acariciaba su coñito para que se siguiera humedeciendo. Al cabo de un rato, ella se acercó a un nuevo aparato, una cinta de correr parada, se apoyó en su panel de control y me ofreció su coñito por detrás para que la follara. No me hice de rogar, me quite el pantalón del chándal y la metí la polla hasta el fondo de su coñito, para después sacarla y volver a meterla… así varias veces, hasta que ella me dijo que la follara todo seguido, con lo que empecé un movimiento de mete-saca sostenidamente.

Después de unos minutos de la manera anterior, me señalo un aparato con el asiento plano muy largo (el aparato que se usaba para levantar pesas, que estaban a sus pies). Nos acerca-mos a el y ella se tumbó en el, para después penetrarla yo de frente, con un movimiento sincrónico , mientras ella se masajeaba la parte alta de su coñito, para calentarse todavía más. Al cabo de un rato, me dijo que me tumbara yo en el aparato, que ella quería cabalgar en mi polla y así lo hice. Ella se sentó en mi sexo y empezó a subir y bajar, subir y bajar, subir y bajar…

   -¡¡¡¡¡¡Mmmmmmm, que polla más dura que tienes, cielito!!!!! ¡¡¡¡¡Mmmmmmm, que bien!!!!!! –gemía a veces la chica.

Al rato, se bajó, se puso en cuclillas delante de mí y tomo en sus manos mi polla. Empezó a masajearla y a metérsela y sacársela de la boca. De vez en cuando jugaba con su lengua en la punta de mi pene, poniéndome cachondo perdido y la polla durísima. Al cabo de un rato de estar así, hizo que nos levantáramos y empezó a masturbarme la polla para que me corriera en sus tetas, mientras ella con la otra mano se masturbaba el coñito. Nos corrimos a la vez y ella se masajeo las tetas con la mano que estaba usando para el coñito. Después me comió otra vez la polla para dejarla limpia enterita, del todo, sin ningún rastro de semen…

   -¿Te ha gustado, guapo? –pregunto ella, mientras recogía su ropa.

   -Me ha encantado, guapísima –respondí yo.

Se sonrió y termino de recoger su ropa. Me volvió a besar y se fue. Yo me quede un rato sentado sin hacer nada y termine después un par de ejercicios más. Me duche y al salir encima de la mesa de recepción vi un sobre. Iba dirigido a quien me ha hecho disfrutar mucho. Supuse que era para mí de la chica de relaciones públicas que me acababa de follar (o ella a mi, según se mire…) y lo cogí. Dentro había un papel que ponía lo siguiente:

ME LLAMO _____ Y ME HAS HECHO DISFRUTAR MUCHO. GRACIAS POR TODO. MI E-MAIL ES _______________@_____.___ POR SI QUIERES REPETIRLO ALGUN DIA

Me lo guarde en el bolsillo con una sonrisa y pensé en que sí, me encantaría repetirlo, jejejeje.

domingo, 13 de mayo de 2012

La Ducha del Hotel


Soy el responsable de comunicación de una gran empresa de mi comunidad. Esta me mando a hacer unas gestiones a la capital de mi país, España, con respecto a un modelo de lo que fabricamos. Cogí el billete que me daba mi jefe, hice las maletas y tranquilamente me dirigí a la estación del tren para coger el expreso que me llevaría a Madrid. Este llegó puntual (cosa rara) y, por lo tanto, llegue a la estación termino a la hora justa para poder descansar unas horas antes de las primeras sesiones del congreso, que eran al día siguiente.

Baje del tren, cogí las maletas y me dirigí a la zona de los taxis, donde cogí uno y le pedí que me llevara al Hotel _____, que era donde me había reservado la secretaria de mi jefe una habitación. Llegue, recogí la llave y subí a mi habitación. Por el camino me pareció ver a una chica rubia muy mona sentada en la barra del bar, descansando y tomándose una copilla relajadamente. Me quede mirándola un par de segundos, los suficientes para ver que estaba bastante bien y que podía acercarme a ella para ver si congeniábamos. Pero lo deseche porque al día siguiente tenía que madrugar y me fui directo a mi planta, donde entre en mi habitación. Deje las maletas encima de la cama, saque una muda y me dirige al baño.

Abrí la mampara de la ducha y después el gripo del agua caliente. Me desvestí y cuando iba a entrar oí como llamaban a la puerta. Me puse un albornoz y salí a ver quién era. Resultó ser la chica rubia que creí ver en el bar. Llevaba un pantaloncito corto y un top blanco transparente, que dejaba ver un bikini negro. Me parecía que se había cambiado de ropa desde que la vi en el bar, hacía unos minutos.

   -¿Puedo pasar? –preguntó, con sonrisa picarona.

   -Pues me iba a duchar (me señale el albornoz del hotel), pero pasa - respondí. No sé porque, pero pensé que igual nos duchábamos juntos, jejejejeje.

Ella paso con una sonrisa picarona aún más grande que antes. Cerré la puerta, me volví hacia el interior de la habitación y la invité a sentarse. Lo hizo en la cama y yo entre en el baño para cerrar el agua, que me la había dejado encendida (a partir de aquí puedes elegir entre la opción A o la opción B).

-----/////-----/////-----OPCIÓN A-----/////-----/////-----

Al poco de entrar en el baño, oí un ruido y me volví hacía la puerta. La chica estaba en el umbral, con el pantaloncito casi bajado.

   -No la apagues, guapo.

Y entro en el baño, tras quitarse el pantaloncito del todo. Vi que llevaba el tanguita a juego con el sujetador. Se acercó a mí y me besó varias veces, mientras soltaba el cinturón del albornoz. Este cayó al suelo y ella se fijó en que tenía la polla totalmente dura.

   -Y no querías que entrara, ¿eh? Si no lo hago, ¿cómo habrías bajado eso, eh?

Y la cogió entre sus manos y empezó a masajearla, mientras se metía en la ducha. Yo tuve que seguirla, porque no soltaba mi polla, que empezaba a ponerse bastante dura. Como seguía cayendo agua de la ducha, se mojó el top y vi que llevaba el sujetador de un bikini negro y que sus tetas, marcadas por el agua, eran preciosas. Ella vio donde se dirigían mis ojos y se quitó la prenda, tirándola fuera de la bañera [aquí pasa al relato normal].

-----/////-----/////-----OPCIÓN B-----/////-----/////-----

Entre en el baño y me pareció oír el ruido de la puerta al cerrarse. Pensé que tal vez la chica había recordado que tenía una cita en otra parte y se había ido. Por lo tanto, me quite el albornoz y entre en la ducha, dejando que el agua me corriera por todo el cuerpo.

Un minuto o dos después, oí otra vez como si se abriera una puerta. Asomé por la mampara y vi a la chica dentro del baño, quitándose el pantaloncito y el top y quedándose en un bikini negro. Su figura era espectacular.

  -Que, pensabas ducharte sin mi…- dijo acercándose a la ducha.

  -Pen… pen… pensé que te habías ido. He oído como se cerraba una puerta –dije yo.

  -Era en la habitación de al lado, guapo. Yo solo me voy a meter esa polla en el coñito, que se ve bien buena, jejejeje –respondió ella, acercándose a la ducha y metiéndose en ella.

Empezó por quitarse el tanguita y masturbarse su coñito poco a poco, mientras mi polla se ponía más y más dura. La chica empezó a moverse como si bailara al son de una música sensual y con un dedo me hacía señas de que me pegara a su cuerpo anhelante de un hombre [aquí pasa al relato normal].

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[Aquí sigue cualquiera de las dos opciones] Aquí yo ya estaba caliente del todo y con mis manos empecé a acariciar sus tetas, tras apartar el sujetador. Sus pezones empezaron a excitarse ente mis caricias y el agua caliente que caía de la ducha. Al notarlo, la saque el bikini tras soltárselo y mi lengua acabo de ponerla a tono los pezones. Tras trabajármelos unos minutos, empecé a bajar por toda su anatomía, resbaladiza por el agua que corría por su cuerpo. Llegué a su entrepierna y note que se excitaba todavía más, así que la baje el tanguita, dejándola totalmente desnuda. Empecé a jugar con mi lengua en su coñito, con movimientos circulares primero y metiéndola en su interior después. Todo muy despacio, para que ella se fuera calentado muy despacito.

Al cabo de un rato, ella gimió que quería chuparme la polla, que la excitaba su tamaño, y yo me puse en pie y ella se agacho. El agua seguía mojándonos a los dos. Se metió mi polla en la boca y empezó a jugar con su lengua en la punta, poniéndome todavía más caliente. A veces se la metía hasta el fondo, a veces la dejaba a medias, volvía hasta el fondo, jugaba con sus manos haciendo círculos en mi pene erecto con sus manos, que también enredaban en mi escroto. Al cabo de un rato, los dos estábamos calientes del todo y yo la dije que se levantara y se apoyara en la pared. Ella lo hizo y yo la penetre varias veces muy suavemente, después varias hasta el fondo y después cuatro o cinco con la puntita solo. Ella gemía de placer, aunque por el ruido del agua casi no se la podía oír.

   -Aaaaayyyy, que dura la tienes. Sigue follandome así de duro, guapo. Estoy cachondisima por tu culpa, machote.

Yo seguí metiéndosela por detrás, mientras la agarraba las nalgas y ella seguía apoyada en la pared. Al cabo de un rato, pare y ella se dio la vuelta. Me chupo un poco la polla para mantenerla erecta y se tumbó en el borde de la ducha. Yo la volví a penetrar por delante y ella siguió chillando y chillando y chillando…, mientras se masturbaba el coñito con sus dedos.

   -Mmmmmmm, mmmmmmm… Dale duro, dale duro, dale duro…

   -Te gusta que te follen duro, ¿eh, zorrita mía? –la dije yo para ponerla más cachonda todavía.

   -Sí, mucho, mucho. Sigue así, sigue dándole –respondió ella.

Yo seguí follandola, poco a poco primero, más fuerte a ratos, luego otra vez suavemente y para terminar lo hice de una manera que mezclaba fuerza y suavidad. Mientras, ella se lamia los pezones y se pasaba las manos por las tetas salpicadas de agua y sudor.

Al cabo de un rato, ella se levantó y fui yo el que sentó en el borde de la piscina. Ella se agacho y se metió mi polla en la boca para, según dijo ella, saborear sus fluidos en ella. Cuando terminó, se sentó en ella y empezó a saltar sobre ella, a veces echándose hacia atrás y haciendo círculos y otras veces echándose hacia delante y moviéndose arriba y abajo, arriba y abajo… A veces, también se masturbaba el coñito para calentarse aún más, según decía.

   -Mmmmm, estoy muy, muy caliente. Y la culpa de esta gran polla que tienes, cielo – gritaba unas veces.

   -Dame más, dame más. Follame duro. Me encanta esta polla tan dura – gemía otras veces.

Siguió cabalgando sobre mi polla un rato, hasta que noto que se corría. Cuando eso sucedió, se bajó de mi polla y la volvió a chupar, esta vez no solo para saborear sus efluvios, sino para hacer que me corriera. Al notar que iba a suceder, hizo que me pusiera de pie y siguió con ella en la boca hasta mi semen salió a borbotones, regándola la boca, los labios y las tetas, llenas de agua y sudor, porque no habíamos apagado la ducha en ningún momento.

Y como  agua seguía funcionando, nos duchamos besándonos y acariciándonos durante todo el tiempo que estuvimos para quitarnos el sudor, los fluidos y el resto de cosas que pudiéramos tener en el cuerpo, además de para tranquilizarnos, que una buena ducha relaja que no veas.

Cuando terminamos, ella me seco a mí y yo a ella, haciendo hincapié cada uno en los puntos calientes del otro para excitarnos un poco más. Cuando acabamos, nos vestimos y la invité a cenar en el restaurante del hotel. Después, la dije que si quería quedarse en mi habitación todo el tiempo que estuviera en la ciudad y aceptó. Terminamos de cenar y subimos a la misma para acostarnos. A la mañana siguiente, me acompaño a las reuniones del congreso y disfrutamos de una visita de la ciudad.

A los dos días, se terminó el congreso y yo volví a mi tierra, no sin antes darla mi teléfono y ella el suyo a mí. Nos despedimos en la estación con un “hasta pronto”. La tire un beso y ella me correspondió con otro y la perdí de vista cuando el tren tomo una curva.

domingo, 6 de mayo de 2012

Uuuufffff... ¡¡que calor!!

Estaba por la capital de mi comunidad, que estaba cerca del pueblo donde vivo, haciendo unos recados para mi madre, cuando vi que tenía tiempo de acercarme por la piscina del pueblo si me daba un poco de prisa. Así que acelere el paso y termine rápidamente los encargos encomendados. Me subí al coche y enfile hacia la piscina de la capital de mi municipio, no sin antes dejar los paquetes en mi casa. Cogí la bolsa de deportes donde guardaba la ropa de baño y me dirigí hacia _____, donde aparque en el primer sitio que encontré cerca del complejo donde estaba la piscina municipal.


Entre en la misma, me cambié de ropa y estuve nadando por espacio de una hora y media, hasta que pensé que me vendría bien meterme un rato en la sauna anexa. Mientras me dirigía hacia ella, me cruce con un bombón moreno, de pelo largo muy bonito, enfundado en un bikini negro con dos rayas malvas en la parte de arriba, que la quedaba como anillo al dedo y la hacía muy deseable. La chica se metió en la piscina y yo me dirigí a la sauna, donde mire antes de entrar si había alguien. No lo había. Estaba vacía. Entre en la misma y me senté tranquilamente al fondo de la misma. Eche un poco más de agua en el sistema para que hiciera un poco más de calor y me dispuse a relajarme, tanto que me quede dormido, apoyado en la pared de la habitación. Al cabo de un rato, me pareció oír un ruido como de una puerta que se abría, pero no le di importancia.

Unos minutos después, empecé a soñar que la chica con la que me cruce antes de entrar en la sauna me bajaba el bañador y me cogía la polla. Con sus manos empezaba a masajeármela hasta que me la ponía muy dura y entonces se la metió en la boca hasta el fondo. Subía y bajaba, subía y bajaba… y mi polla cada vez se ponía más dura.

En ese momento me desperté y vi que no era un sueño. La chica mencionada me estaba comiendo la polla dentro de la sauna. Entonces deduje que el ruido que oí era el de la puerta al abrirse y cerrarse cuando ella entro.

   -Oye, ¿Qué haces? – la pregunte.

   -Es evidente, ¿no? Que pasa, ¿que no te gusta, guapo? –respondió ella.

  -No, si me gusta, lo haces muy bien, pero… -dije yo, aunque con poca convicción.

  -¿Pero qué? – dijo ella, entre subida y bajada en mi polla.

  -Bueno, es que no nos conocemos y… -pero no pude acabar la frase, de cachondo que estaba.

  -¿Y qué? Antes me di cuenta que me mirabas con deseo y eso, a mi modo de ver, hay que recompensarlo –respondió ella, mientras se quitaba la parte de arriba del bikini y seguía mamándome la polla.


Sus tetas eran preciosas y me deje de excusas. Me levante lo que pude y empecé a chupárselas como ella hacía con mi pene. Ella empezó a gemir muy bajito…

   -Mmmmm, siiii, siiii, así, cómeme los pezones como yo te como tu dura polla.


Estuvimos así un rato, mientras el ambiente se caldeaba por el calentón de nuestros cuerpos. Después, la bese en los labios y en el cuello. Muy suavemente la empuje hacia atrás hasta tumbarla en el asiento. De sus tetas fui bajando por su cuerpo hasta llegar a su coñito, después de quitarla la parte de abajo del bikini. Metí mi lengua en su rajita y empecé a lamérsela muy poco a poco, muy poco a poco…


   -Aaaaaah, aaaaah, ya sabía yo que no me había equivocado. Que follas muy bien, aaaahhhhh. Sigue así, guapo – gemía ella.

Cambié mi lengua por un par de dedos y la penetre despacio, con movimientos en círculo. Note como se excitaba más y más a cada penetración. Entonces me quite el bañador del todo (ella le había dejado un poco por debajo de las rodillas) y, tras masturbarme unos segundos para poner mi polla un poco más dura, se la metí hasta el fondo primero y después la penetre hasta la mitad unas cinco veces, con lo que ella se excito del todo…

   -Sigue, sigue, sigue, follame más, más. Que dura la tienes, dame fuerte…

Como ella lo pedía, me deje de historias y varias veces se la metí hasta el fondo, para después meterla y sacarla, meterla y sacarla…

Después de un rato en el que la temperatura llegó a su cenit, ella me dijo que me tumbara de lado en el asiento y ella se tumbó a mi lado, cogiéndome la polla con la mano y metiéndosela en su culito, que estaba tan ansioso de recibirla que entro sola. Con movimientos rítmicos, la folle fuerte, con todas las fuerzas que me quedaban, mientras ella echaba más agua al mecanismo que formaba el vapor dentro de la sauna. Era su forma de decirme que estaba muy caliente y que iba a correrse de un momento a otro.

Ese momento llegó y yo lo note, por lo que empecé a bombear dentro de su culo un poco más fuerte, hasta que yo también me corrí en su interior. Ella gimió con una voz que hizo que la corrida durara un poco más…

   -Aaaaayyyyy, aaaayyy, siiiii. Así me gusta, que te hayas corrido dentro de mi culo…

Se dio la vuelta y se metió mi polla en su boca, mientras yo la lamia su coñito, que conservaba restos de su corrida. Así estuvimos un rato más, hasta que ella hizo que yo me corriera otra vez en su boca y yo hice que ella se volviera a correr en mi cara.

Los dos nos sentamos tranquilamente en el asiento y dejamos que se consumiera el vapor de la sauna. Después ella me puso el bañador rozándome varias veces la polla, volviendo a ponerla dura, y la puse el bikini, notando como se la volvían a endurecer los pezones. Ambos salimos de la sauna, fuimos a darnos un baño a la piscina y después nos fuimos cada uno a nuestro vestuario. Una vez fuera del establecimiento, ella pidió a una amiga que nos hiciera dos fotos con una cámara polaroid de esas que hacen fotos instantáneas. Cuando estuvieron secas, ella escribió su e-mail en el reverso y me la dio.  La amiga me dio la otra y yo hice lo mismo que ella, tendiéndosela después. Ella la cogió y se la guardo en el bolsillo del pantalón. Yo guarde la mía en la guantera del coche. La bese a ella y a su amiga y después los tres nos metimos en los respectivos coches y nos fuimos de allí. Resulto que vivía cerca de mí. Las pite cuando llegaron a su casa y yo seguí hasta la mía, donde cene y me metí en la cama.