N. del A.: Puede que sea un relato un poco raro, pero lo soñe asi, que le vamos a hacer
Habíamos
ido de compras a un centro comercial de un pueblo cercano y estábamos volviendo
a nuestra casa, cuando en el portal vimos a una chica muy guapa, con una
camiseta ajustada (que la hacía tener unas tetas preciosas) y un pantaloncito
pirata (unas piernas increíbles, lo que se podía ver de ellas, claro), además
de ser muy bella y tener el pelo negro rizado muy bonito. Yo pensé que ya
podría ser amiga mía para poder contemplarla más tiempo, porque estaba bien
buena. Entramos en el garaje y cuando subimos al portal mi madre la vio más de
cerca y me dijo que le dijera que entrara, que era la hija de un amigo suyo que
estaba espe-rando (hasta entonces no la había visto bien) y que se iba a quedar
esa noche con nosotros. La pregunte porque y me contesto que porque sus padres
se iban a una boda y no querían dejarla sola. Yo pensé que era evidente, porque
como se supiera que semejante bombón estaba solo, podía arder Troya allí donde
viviera. Total, que la deje entrar, nos saludamos y subimos a nues-tra casa,
cenamos y nos fuimos a dormir (nuestra invitada en el sofá, porque no hubo
manera de convencerla de que la dejaba mi cama y dormía con mi madre, porque en
su habitación tiene dos camas, una vacía).
Al cabo
de un rato de estar todos durmiendo, empecé a oír ruidos en el piso de abajo y
me pareció oír como se abría una puerta y como alguien empezaba a subir las
escaleras hacia mi habitación. Me empecé a asustar y a temblar. Entonces note
como alguien intentaba abrir la puerta de mi habitación muy despacio…
Cuando
la puerta se abrió, pensé que era un ladrón que había entrado en casa, porque
no se me paso por la cabeza que pudiera ser quien acabo siendo. Así que me
arrebuje con las sabanas, esperando que el intruso no me viera.
Más
bien acojonado y pensando que podría haber pasado abajo (donde dormía mi
madre), espere a ver qué pasaba cuando se abriera la puerta del todo. Y cuando
se abrió la puerta me quede sorprendido al ver que era la chica que mi madre
había dejado dormir en el salón porque era la hija de un muy amigo suyo. Me
relaje y baje las sabanas para ver que podría querer la chica.
Esta
entro del todo en la habitación muy despacio, porque creo que se dio cuenta de
que me había asustado. Cuando ya estaba dentro, encendió la luz y vi que
llevaba un camisón transparente que dejaba ver un bikini negro muy, muy sexy.
Cerró
la puerta y encendió una pequeña radio que yo tenía cerca de la tele. El
volumen estaba bajito (para que no se oyera fuera de la habitación), pero
bastante alto para lo que vino a continuación, jejejejeejjejejeje. Y eso fue
que empezó a bailar de manera muy sexy, al ritmo de la canción que sonaba en la
radio (que para ser sincero, no recuerdo cual era). Mientras se movía, se fue
quitando el camisón, que tiro cerca de la puerta de la terraza. Siguió bailando
y acercándose poco a poco a mí. Entonces se quitó las braguitas y me las tiro.
Yo las cogí, las olí (lo hacían divinamente) y me las guarde debajo de la
almohada. Ella siguió bailando y ya casi en la cama se quitó el sujetador, lo tiro
al aire en uno de los movimientos de su sexy baile y fue a caer encima de la
lámpara de noche.
Levantó
las sabanas y entonces se acercó a mí, empezó a quitarme la ropa de manera muy
sensual y cuando acabó me beso apasionadamente, para después empezar a bajar
por mi abdomen hasta llegar a mi polla, que lógicamente estaba bien dura. La
masajeo un rato y, de repente, se subió encima de mí. Empezó a moverse como si
estuviéramos follando arriba y abajo, arriba y abajo… Nuestros dos cuerpos
desnudos empezaron a sudar por el calor que desprendíamos con esos
frotamientos, ejejejejjeje…
Al cabo
de un rato, paró, se bajó de la cama para dar la vuelta y volver a subirse por
la parte de atrás. Lo hizo y entonces me cogió la polla, pasó su lengua por
ella varias veces (en diferentes direcciones) y después se la metió en la boca.
Empezó a chuparla de arriba abajo, jugando con su lengua en la punta de vez en
cuando. A veces paraba para pasar sus manos por ella de derecha a izquierda,
acariciándola lentamente. Todo eso sin dejar de mirarme a los ojos con una
mirada muy, muy picara y eso me ponía muchísimo.
Volvió
a metérsela en la boca y empezó a jugar con ella y su lengua poco a poco, poco
a poco. Al cabo de unos minutos, note que me corría y ella también debió de
sentirlo, porque empezó a chupar más fuerte, hasta que vi cómo le caía semen de
los labios y ella se relamía de gusto varias veces. Volvió a chupar hasta que no quedo nada de leche en
mi polla. Después se tumbó a mí lado durante un rato y cuando este paso nos
despedimos y ella volvió a bajar al sofá hasta la mañana siguiente, después de
recoger su ropa y volver a
ponérsela de manera muy, muy sexy.
A la
mañana siguiente, al desayunar nos guiñamos un ojo y ella se fue. Por la tarde,
cuando miraba detrás de un cojín, encontré una nota donde decía que debíamos
volver a quedar y repetirlo, incluso ir más allá…