martes, 4 de agosto de 2015

El pasillo

Un día que volvía a casa vi que había mucha gente revuelta por los alrededores de donde vivía. Pregunte que pasaba a uno de los chicos que estaban allí y me dijo que estaban haciendo unas fotos a una modelo en uno de los pasillos del edificio. Yo pensé que sería curioso ver como lo hacían, así que me fui a dejar las bolsas que llevaba en la mano y, ¡¡mira tú!!, el pasillo en cuestión era el de mi piso. Y la chica era un bombón: morena, unas piernas preciosas, unas tetas de lo mejor que había visto, etc. Lo que no vi fueron los ojos, pues estaban detrás de unas gafas de sol negras, como el vestido de cuero ajustado que llevaba la modelo.

Pedí permiso para pasar y dejar las bolsas en mi casa y después volví a salir para ver cómo era todo el proceso de fotografiar a una modelo…

Ponte aquí, mira allá, sonríe ahora… El fotógrafo no hacía más que gritar órdenes a la chica, que era de lo más profesional, porque cumplía las órdenes sin vacilar. Cuando terminó la sesión, todos recogieron y yo me fui a mi casa, pero al cabo de un rato oí ruidos en el pasillo y me asome a la mirilla. Era la modelo, que estaba allí andando de atrás hacia delante y viceversa, taconeando con los tacones. Yo me dije que estaba sola y que podía salir a saludarla, pero cuando abría la puerta se volvió de espaldas. Cerré la puerta lo más silenciosamente que pude y me fui acercando a la modelo, que parecía no haberme oído todavía…

Cuando llegue a su lado, empecé a besarla en el cuello y ella, en vez de apartarse (cosa que pensé que haría), se acercó más a mí todavía, por lo que yo segui besando su piel poco a poco. A la vez, la acariciaba las tetas por encima del vestido de cuero…

Después de un rato, la baje la cremallera del vestido e hice lo mismo encima de la piel de sus preciosas tetas, mientras la chica no hacía más que acercarse más y más a mí, lo que aprovechaba para apretarla un poco más las tetas para acariciarlas más y más. En ciertos momentos, aprovechaba para tocarla los pezones y ponérselos muy, muy duros, circunstancia que notaba cada vez que pasaba mis dedos por encima de ellos…

Pasados unos minutos, la quite el vestido de cuero, la aparte las braguitas y la penetre, por detrás, apoyándola en la pared para poder agarrarla de la cintura y acometerla de vez en cuando con fuerza, siendo lo normal que lo hiciera con suavidad…

-¡¡Aaaaayyyyyy, si, si, siiiiii…!! ¡¡Dale, dale, daaaaleeeee!! – gritaba la chica con cada acometida.

Y yo la hacía caso. Cada vez que gritaba eso, la apretaba más fuerte la cintura y la penetraba con más velocidad y más fuerza, para luego volver a hacerlo con suavidad y dulzura, con besos y caricias en la espalda…

Al cabo de unos minutos, la di la vuelta, la quite las braguitas y la apoye una pierna en una ventana cercana, para así penetrarla por delante, pero un poco torcidos. La chica se apoyaba en mí y me besaba de vez en cuando, besos que yo la devolvía antes de seguir con mis movimientos arriba y abajo, arriba y abajo… Movimientos que, a veces, combinada con caricias en la pierna que estaba apoyada en la ventana.

Al cabo de un tiempo, la chica me dijo que me apoyara en la pared, cosa que hice, y ella se puso de rodillas y empezó a lamerme el pene poco a poco, para de vez en cuando metérsele entero en la boca y después dejarlo a medias, para volver a empezar otra vez desde el principio. También usaba sus dos manos para masturbarla de vez en cuando, antes de metérsela en la boca y jugar con su lengua en la punta de mi pene, cosa que me ponía cachondo total…

Unos momentos después, dejó de hacer lo que estaba haciendo y empezó a bailar delante de mí, totalmente desnuda como estaba. Como se movía, que movimientos más sexys hacía…

…Hasta que vio que mi pene se ponía todavía más duro de lo que estaba, que se acercó contoneándose de manera muy, pero que muy sensual, lo cogió en sus manos y delante de sus tetas lo masturbo hasta que la bañe en semen, corriéndome encima de sus preciosas tetas y de su sexy abdomen.


Después de ayudarnos mutuamente a vestirnos, la dije que mi casa siempre estaría abierta para ella y la chica contestó que me tomaba la palabra, que volvería algún día sin tardar mucho. Nos despedimos con un beso y con la mano diciéndonos adiós. Ella se perdió por la escalera y yo entre en mi casa, pensando en el pedazo de bombón que se acababa de ir…

La boda

Un sábado del mes de mayo del año pasado me invitó a su boda un familiar al que siempre he estado muy unido. Unos días antes, me llamó y me dijo que llegara temprano al restaurante, que quería que le ayudara con las mesas, porque su futura esposa hizo unos cambios de última hora y creía que no le iba a dar tiempo a ponerlos en los dibujos de situación de las meses. Eso hice. Pasada la ceremonia, salí pronto y llegue antes que el resto al restaurante, donde el maitre tenía una nota del novio para que yo la pusiera en las mesas. Así que me la dio y yo empecé a colocar los nombres poco a poco en los dibujos de las mesas.

Cuando ya terminaba, empezaron a llegar los primeros invitados. Entre ellos, había un pedazo de bombón pelirrojo con un escotado vestido que resaltaba su belleza y sus encantadoras piernas. Pregunte a alguien como se llamaba y me dijeron que _____, un nombre muy bonito. Mire los dibujos y vi que estaba sentada en la mesa de al lado de la mía, así que procure sentarme de manera que la viera todo el rato. Y no sé por qué, pero me pareció durante toda la comida que ella también me miraba a mí…

Después de la comida, se celebró lo típico de las bodas, un baile, e intenté bailar con la chica, pero estaba tan solicitada que no pude conseguirlo. De cerca todavía estaba más buena y era más guapa. Cuando ya me aburri de bailar, me acerque al baño y, cuando salía, vi salir del salón de baile a la chica que me traía loco toda la fiesta. No sé cómo se me ocurrió, pero la seguí a ver dónde iba…

Y a donde iba es a una habitación de la que tenía la llave. Así que la abrió y entró. Antes de que yo llegara, empezó a sonar música y yo me acerque con un poco de cautela, no fuera a asustarla… Abrí la puerta con mucho cuidado y me quede mirándola mientras bailaba sola. Lo hacía de maravilla, parecía una bailarina profesional…

-¿Por qué no entras y bailamos juntos? – dijo ella, que se había dado cuenta de que había abierto la puerta, aunque no sé cómo, porque cuando entre estaba de espaldas.

Yo la hice caso y empezamos a bailar poco a poco, para ir subiendo en intensidad. En un momento dado, me lance a besarla y, para mí sorpresa, ella me devolvió el beso, así que yo seguí besandola y mientras bajaba mis manos a su escote, para acariciar sus pechos mientras bailábamos.

Al cabo de un rato, la dije que se apoyara en unas cajas que había allí, la levante el vestido y la quite el sujetador, para así poder lamer sus pezones y acariciar sus pechos desnudos, primero uno y luego el otro, intercambiándolos de vez en cuando…

Poco a poco fui bajando hasta llegar a sus braguitas, que la quite para acariciar su sexo caliente, muy caliente. Cuando note que la chica se excitaba todavía más, metí un par de dedos en su coñito y note como se movía de forma muy sexy a mis movimientos con mis dedos…

Pasados unos minutos, la chica me dijo que me pusiera yo en las cajas y eso hice. Me quito los pantalones y los calzoncillos y se metió en la boca mi pene erecto, lamiéndolo poco a poco de arriba abajo y cambiando la dirección de vez en cuando, para acabar metiéndosele hasta el fondo cuatro o cinco veces…

Después de hacer eso, se puso encima de mí y se penetró de espaldas a mí, para que viera como botaban sus tetas mientras subía y bajaba encima de mi pene en un espejo que había en la pared de enfrente. A la vez que miraba, de vez en cuando acariciaba su coñito mojadito, lo que chica agradecía susurrando de placer…

Al cabo de un tiempo, la dije que se apoyara en las cajas, que le quería penetrar por detrás. Ella lo hizo así y yo cumplí mi palabra, mientras que la acariciaba las tetas desde detrás con mis dos manos, para después acariciar su abdomen y la zona del cuello y volver a sus pechos…

-¡¡¡Si, si, sí. Sigue, sigue, sigue…!!! –gritaba de vez en cuando la chica.

Yo seguía penetrándola por detrás y la dije que si podía correrme en sus tetas, a lo que la chica dijo que sí. Así que se dio la vuelta, se juntó las tetas y yo metí mi pene en medio, mientras lo movía arriba y abajo, arriba y abajo... hasta que me corrí en uno de los movimientos hacia abajo. Note que ella se había corrido hacía poco y la volví a besar unas cuantas veces, besos que ella me devolvió.


Al cabo de un rato, nos vestimos y yo me asome a la puerta, para decirla que podía acercarse al baño a limpiarse. Ella me lo agradeció con otro beso y, ya en la puerta del baño, yo la di otro. Durante el resto de la boda, nos estuvimos tirando miradas cómplices y, cuando ya nos íbamos, al despedirnos nos intercambiamos nuestras direcciones y teléfonos para quedar alguna otra vez y repetir el baile…

El Aparcamiento del Corte Inglés

Suelo ir a menudo al Corte Inglés que está cerca de mí casa, porque el Departamento de Libros y Videos suele estar muy bien surtido. Pues una de esas veces, aparte de que me divertí mucho mirando en esos dos lugares, vi que había una chica estupendísima rondando por allí también.

La vi varias veces y pensé que era guapísima y que no estaría mal enrollarse con ella en algún sitio. Total, que después de un largo rato decidí irme a casa y baje al aparcamiento, pero como era tarde habían cerrado la entrada por donde yo entre, así que tuve que dar un largo rodeo por el lugar, y hete aquí que volví a ver al bombón de antes, que también parecía estar buscando su coche. Con la luz que había, me pareció todavía más sexy.

Después de echarla un buen vistazo, de arriba abajo y de abajo arriba, seguí buscando mi coche y al final le encontré, pero eso sí, después de dar una gran vuelta, porque estaba donde no recordaba que estaba...

Al llegar al lado del vehículo, vi que el de la chica antes también andaba por allí cerca, pues la vi acercarse a uno blanco no muy lejos. Oí como arrancaba y ya no hice más caso, pero cuando iba a meter la llave en el contacto para irme yo también, paro muy cerca (pero muy cerca) otro coche y una voz muy sensual me dijo que qué hacía, y si no iba a saludarla…

-Claro que no- conteste yo, bajándome del coche y buscando la voz que había hablado…

Cuando la encontré, vi que era el bombón que había visto antes buscando su coche. La salude muy afectuosamente y ella se acercó a mí y me empujó hacia el capó de mi coche, para acto seguido empezar a besarme en el cuello y meterme la mano por debajo de la camisa y en los pantalones para acariciarme mi pene hasta ponérmelo muy, muy duro…

Entonces, cuando noto eso, se quitó los pantalones y las braguitas y se me subió encima, apoyándose en los dos coches, que estaban casi pegados (eso sí, con mucho cuidado de no caerse). Empezó a subir y bajar , a subir y bajar, a subir… mientras yo metía las manos por debajo de su camisa y acariciaba sus tetas, primero hacia arriba y luego hacia abajo…

Después de un rato, la chica volvió a besarme en todo el cuello, la cara…, mientras seguía moviéndose arriba y abajo, pero está vez rozándome con su piel la mía. Mientras, yo la acariciaba sus tetas, su precioso culo, sus muslos, su espalda… y la besaba cuando podía en toda su preciosa cara, sus labios…

Al cabo de un rato, la dije que se apoyara ella en el capo de su coche. Ella lo hizo, pero antes se quitó la camisa y el sujetador. Cuando ya estuvo apoyada en su coche, la bese en su sensuales labios y poco a poco fui bajando por su abdomen, deteniéndome en sus preciosos pechos y lamiéndola sus pezones erectos, primero uno y luego el otro, y viceversa…

Al cabo de un rato, seguí bajando por su piel muy poco a poco, mientras ella se estremecía de placer (lo notaba por los pequeños temblores cada vez que me movía por su cuerpo) hasta llegar a su coñito húmedo, en el que empecé a jugar con mi lengua hacia dentro y hacia afuera, hacia dentro y hacia afuera, a la vez que con las manos (primero una y luego la otra) acaricia sus muslos, por arriba y por debajo…

Un rato después, con dos dedos, la penetre poco a poco, poco a poco, para después hacer lo mismo con dos dedos de la otra mano hasta que note que estaba preparada para penetrarla con mi pene, así que lo hice… Primero muy despacio y luego más rápido, para de repente parar, sacarla y volver a meterla y empezar al revés, primero rápido y luego despacio…

Minutos después, la dije que se diera la vuelta y la penetre por detrás, muy despacio, muy despacio, mientras de vez en cuando la acariciaba la espalda y sus lindas nalgas, para después volver a empezar a penetrar a la chica, que se movía al son de mis movimientos…

-¡¡Oooooh, siiii. Ooooh, siiiiii!! ¡¡Dale fuerte, fuerte!! – gritaba de vez en cuando.

Cuando decía eso, yo la hacía caso, y tras agarrarla de la cintura, la penetraba con más fuerza que antes. Ahora la acariciaba los pechos, a la vez que notaba su piel acariciando la mía y sus manos en mi abdomen…

Al cabo de un rato, me dijo que parara. Yo lo hice y ella se puso en cuclillas y se metió mi pene en su boca y empezó a jugar con su lengua en él, despacio al principio y más rápido después, para de vez en cuando acariciarlo con sus manos y simplemente masturbarlo con una u otra, hasta que consiguió que me corriera. Cuando noto que eso iba a suceder, lo apunto hacía sus tetas para que mi semen cayera en ellas…


Cuando todo terminó (por cierto, cuando se estaba vistiendo me di cuenta que tenía un tatuaje en un muslo y cerca de un hombro…) y se hubo limpiado con unas servilletas que la preste, nos vestimos y, mientras descansábamos, nos intercambiamos los teléfonos y comentamos que nuestros coches eran muy molones y que cosas se podían cambiar en ellos, hasta que al final nos despedimos y nos fuimos a nuestras casas, yo pensado en el bombón con el que acababa de estar y creyendo que ella también pensaría en mí…

Las hermanas

Cerca de mi casa había otra urbanización a la que iba mucho, porque allí vivían varios familiares míos. Un día me fije en que estaban haciendo una mudanza dos chicas y me ofrecí a ayudarlas, antes de ir a ver a mis parientes. Entre mueble y mueble, me dijeron que eran hermanas y que venían del sur, de Andalucía. Yo pensé que algunos se quedaron muy decepcionados, porque las dos estaban más que buenas, estaban buenísimas y además eran muy simpáticas…

Total, que acabamos la mudanza y yo fui a ver a mis parientes. Pero la siguiente vez que volví, más o menos mes y medio después, mis parientes no estaban en casa y me dije, porque no voy a visitar a ese par de bombones sureños. Y allí que fui…

Cuando llegué, llamé a la puerta y me abrió la pequeña de las dos hermanas (_____ se llamaba), diciéndome que la otra había ido a hacer unas compras. Cuando entraba, me fije en que estaba especialmente sexy, con unos pantaloncitos cortos y una camiseta que dejaba ver que no llevaba sujetador. Esa visión me provoco un calentón, porque la chica estaba buenísima, pero conseguí disimularlo y entre. Me ofreció tomar algo y la dije que una fanta naranja. Ella dijo que tomaría otra, así que fue a la cocina a buscarlas. Yo me senté en el sofá del salón (donde me había dicho ella, por cierto) y la espere.

Pero cuando volvió, no traía las bebidas, lo que no traía era camiseta. Madre mía, que pechos más bellos tenía. Yo pegue un respingo en el asiento y dije que estaba guapísima y ella se me acerco, me hizo sentar otra vez y se sentó encima de mi…

Lo que yo aproveche para acariciar y lamer sus preciosos pechos poco a poco, primero con las dos manos y luego haciendo círculos alrededor de ellos, mientras ella me acariciaba el pelo y el cuello con sus manos para ir bajando hacia los botones de la camisa, que  me quitó para acariciar mi pecho y lamer con su lengua mi piel poco a poco, mientras yo seguía acariciando sus pechos, subiendo de vez en cuando hacia su cuello…

La chica siguió bajando hacia mi entrepierna y cuando llegó, me quitó los pantalones y empezó a lamer mi pene con su lengua, primero poco a poco y después más rápido, para después volver a empezar despacio e ir aumentando la velocidad…

Mientras la chica seguía lamiéndome el pene, en un momento dado y de repente, a mí me pareció que se abría la puerta, pero como en un rato no pasó nada, pues pensé que sería algún ruido de la calle y lo olvide, concentrándome en la estupenda chica que tenía encima…

…Que seguía lamiéndome el pene de una manera que me ponía cada vez más caliente. Unos minutos después, se quitó los pantaloncitos que llevaba y se metió mi pene en su coñito húmedo, para empezar a moverse arriba y abajo, arriba y abajo. Yo estaba en la gloria, cuando noto que me tocan la cabeza. Miró hacía arriba y es la otra hermana totalmente desnuda (otra preciosidad, de nombre _____). Yo la dije que me besara y ella lo hizo, mientras su hermana seguía encima de mí. La chica besaba de cine, y mientras lo hacía aproveche para extender mis manos hacia sus pechos y acariciarlos como hice un rato antes con los de su hermana.

Unos minutos después, la dije que pusiera su coñito en mi boca para lamérselo y acariciarlo con mi lengua y ella así lo hizo. Mientras, su hermana la besaba una y otra vez, mientras no dejaba de subir y bajar encima de mi pene…

El coñito de la hermana que llegó más tarde estaba deliciosamente cálido y yo con mi lengua lo acariciaba de arriba abajo y de abajo arriba, para después, con dos dedos, penetrarla muy despacio, sacarlos y volver a penetrarla…

Unos minutos después, las chicas cambiaron sus posiciones y la que había llegado tarde pasó a estar sobre mi pene y la que estaba en casa pasó a tener su coñito (con el sabor de mi pene en el) en mi boca, para así estar unos minutos más…

Después, una se tendió en el sofá boca arriba y la otra empezó a lamerla su coñito, mientras yo penetraba por detrás a esta última, moviéndonos todos en un coro rítmico que hacía que la temperatura de la habitación subiera poco a poco…

-¡¡Si, si, si, más fuerte!! – gritaba a la que me estaba follando.

-¡¡Cállate y sigue!! – decía la otra hermana, empujando a la chica hacia su sexo…

Cada uno hacíamos caso a la que teníamos que hacérselo, así que yo la daba más fuerte y la chica hundía su lengua en el sexo de su hermana con devoción. En un momento dado, cambiamos las posiciones y la que estaba tumbada pasó a ser la que fue follada por mi (tumbada boca arriba) y la que yo me estaba follando pasó a tener su coñito en la boca de su hermana, pero erguida encima de su boca…

-¡¡Mmmmmmmmmmmmmm!! – coincidieron en gritar casi a la vez las dos hermanas.

Al rato, una se puso boca abajo en el sofá, apoyada en la parte de arriba del mueble y la otra se sentó boca arriba. En esa posición, mientras penetraba a una, acariciaba el coñito de la otra y al revés, cuando penetraba a la otra, acariciaba los pechos y el coñito de la primera por turnos. Al cabo de un rato, cambiaron de posición, pero yo no de situación, así que seguí haciendo lo mismo con ellas, mientras notaba que las dos se iban calentando cada vez más, lo que hacía que yo también tuviera la temperatura muy alta…

Pasados unos minutos, me dijeron que me apoyara en la pared y, por turnos, me empezaron a lamer otra vez el pene, para a veces hacerlo las dos a la vez. De vez en cuando, se la metían en la boca las dos a la vez…

Así estuvieron un rato, hasta que consiguieron que me corriera en sus preciosas tetas, pero aun así siguieron lamiendo y acariciando con sus lenguas mi pene, hasta que quedo bien limpio de semen… En estas, note que ellas también se corrían, pues un estremecimiento les recorrió el cuerpo por unos instantes, antes de que todos quedáramos relajados.


Cuando recuperamos el aliento, nos vestimos poco a poco y la más pequeña fue a buscar unas bebidas, que tomamos en animada charla, hasta que nos despedimos, quedando para otro día y repetir la experiencia… o solo con una de las dos, me dijeron. Tengo que reconocer que a mí me deba igual, porque las dos estaban igual de buenas y eran igual de bellas.

La chica del kiosko

LA CHICA DEL KIOSCO/LAS CHICAS DE LA LOTERIA

En mi pueblo, casi nunca hubo un quiosco para vender la prensa/lotería, pero de un tiempo a esta parte, pusieron uno, aunque cambió pronto de dueño. No voy mucho, pero cuando voy siempre da la casualidad de que hay una chica hispanoamericana de muy buen ver, la verdad… (también puede ser una chica española joven, morena, muy sexy u otras tres chicas, una morena bajita, una rubita con gafas u otra morena más mayor... -todas se incluyen de aquí en adelante en el relato-).

Uno de los días que fui, la chica tenía una camiseta de esas que siempre dejan un botón abierto cerca del cuello y vi que tenía unas tetillas muy ricas. No sé si ella se dio cuenta o no, pero siempre que iba la miraba el escote, a ver si volvía a ver esas preciosas tetas. Un día note que era ella la que me miraba distinto, pero no supe cómo interpretarlo… Total, que me fui, pero cuando volvía notaba que ella se desabrochaba el botón de arriba cada vez que me veía entrar (pienso que ella creía que no me daba cuenta, pero sí, me daba cuenta…).

Un día, cuando entre en el quiosco no había nadie en el mostrador, pero oí que estaban en la trastienda. Cogí lo que había ido a buscar y espere a que quien fuera saliera. De repente, se oyó una voz (era la chica que siempre estaba cuando yo iba) desde la trastienda que decía sí podía entrar a ayudarla, que tenía que sacar una caja muy pesada y ella sola no podía.

-Claro. Ahora voy – conteste. Y me encamine hacía la puerta…

Y al llegar a ella, la vi agachada hacia ella empujando la caja… Madre mía, que visión más bella. Llevaba una camiseta que dejaba ver su precioso escote y unas tetillas que impresionaban de bonitas. Creo que se dio cuenta de que la miraba, porque me dijo que si estaba allí para ayudarla o para que estaba…. Yo espabile y la dije que sí, que estaba allí para ayudarla. Entre los dos sacamos la caja a la zona de ventas y yo volví a por una botella de agua a la trastienda.

Llevaba un minuto aproximadamente bebiendo de la botella, cuando noto que alguien entra en la trastienda y me empieza a acariciar el pelo, bajando por el cuello hacia el pecho, desabotonándome la camisa. Yo me intente volver para ver quién era, pero no me dejaron y siguieron acariciándome el pecho, a la ve que iban bajando hasta llegar a la entrepierna, cuando note que me abrían el pantalón y me bajaban los calzoncillos, a la vez que se ponía delante de mí…

Y ahora es cuando vi a la persona que me estaba haciendo pasar tan buen rato. Era la chica del quiosco, que al final había decidido pasar a la acción.

Al ponerse delante de mí, me agarró el pene y se lo metió en la boca mientras yo la acariciaba el pelo y su bella cara. Ella jugaba con mi pene arriba y abajo, arriba y abajo, para de vez en cuando masturbarlo con una mano y luego con la otra, para después volver a empezar a chuparlo y jugar con su lengua en la punta…

Al cabo de un rato, se levantó, se quitó la camiseta y yo aproveche para empezar a acariciar sus bellas tetas, para de vez en cuando lamer un pezón primero y acto seguido el otro, así poco a poco y varias veces, para después ir bajando por el abdomen de la chica hasta llegar a sus pantalones, abriendo la cremallera y quitándoselos para poder acariciar su coñito mojadito unas cuantas veces por encima de sus braguitas…

Acto seguido se las quite y con dos dedos empecé a penetrarla muy despacio, muy despacio… para después acelerar durante un rato para volver a hacerlo muy despacito…

-¡¡Mmmmmmmmmmmm, sigue, sigue, sigue…!!! – gritaba ella, dándome yo cuenta que estaba lista para la siguiente fase.

Siguiente fase que procedí a comenzar rápidamente, pues ella me dijo que la penetrara apoyada en unas cajas que había allí apiladas. Poco a poco la metí mi pene en su coñito caliente y primero muy despacito y después más rápido, para unos minutos después hacerlo al revés, primero rápido y luego despacio, en andanadas consecutivas y sucesivas.

-¡¡Si, si, siiiiiiiii!! ¡¡Dale más fuerte!! – empezó a gritar la chica.

Y la hice caso. Empecé a penetrarla más fuerte durante un largo rato, hasta que la dije que se diera la vuelta e hice lo mismo por detrás, agarrándola de la cintura para que las acometidas fueran más fuertes y tirándola del pelo de vez en cuando, porque lo pedía ella. A la vez, la acariciaba la espalda, bajando hasta su lindo culito, donde la daba un azote en una nalga y luego en la otra, para después volver a agarrarla de la cintura y acometerla otra vez, y otra vez, y otra vez…

Unos minutos después, la hice ponerse otra vez boca arriba y después de acariciarla todo el cuerpo varias veces y notar como se calentaba todavía más, la puse el pene entre sus tetas y ella se las agarró, apretándoselas para agarrarme mi pene entre ellas, y entonces yo empecé a moverme arriba y abajo, arriba y abajo, arriba y abajo… hasta que me corrí sobre ellas y empecé a besarla poco a poco en la frente, para después ir bajando por la nariz para acabar besándola varias veces en la boca, antes de ayudarla a vestirse. Ella hizo lo mismo conmigo y salimos de la trastienda, para intercambiarnos nuestros teléfonos y repetir la experiencia que acabamos de tener más veces, en casa de alguno de los dos, o en la de los dos…


Estuvimos charlando un rato, yo cogí mis compras y me fui a casa, despidiéndome de la chica con un largo beso que ella me devolvió agradablemente en la puerta del establecimiento. Cuando ya estaba un poco lejos, me volví a despedir con la mano y ella hizo el mismo gesto con una suya.