Un día que volvía a
casa vi que había mucha gente revuelta por los alrededores de donde vivía.
Pregunte que pasaba a uno de los chicos que estaban allí y me dijo que estaban
haciendo unas fotos a una modelo en uno de los pasillos del edificio. Yo pensé
que sería curioso ver como lo hacían, así que me fui a dejar las bolsas que
llevaba en la mano y, ¡¡mira tú!!, el pasillo en cuestión era el de mi piso. Y
la chica era un bombón: morena, unas piernas preciosas, unas tetas de lo mejor
que había visto, etc. Lo que no vi fueron los ojos, pues estaban detrás de unas
gafas de sol negras, como el vestido de cuero ajustado que llevaba la modelo.
Pedí permiso para pasar
y dejar las bolsas en mi casa y después volví a salir para ver cómo era todo el
proceso de fotografiar a una modelo…
Ponte aquí, mira allá,
sonríe ahora… El fotógrafo no hacía más que gritar órdenes a la chica, que era
de lo más profesional, porque cumplía las órdenes sin vacilar. Cuando terminó
la sesión, todos recogieron y yo me fui a mi casa, pero al cabo de un rato oí
ruidos en el pasillo y me asome a la mirilla. Era la modelo, que estaba allí
andando de atrás hacia delante y viceversa, taconeando con los tacones. Yo me
dije que estaba sola y que podía salir a saludarla, pero cuando abría la puerta
se volvió de espaldas. Cerré la puerta lo más silenciosamente que pude y me fui
acercando a la modelo, que parecía no haberme oído todavía…
Cuando llegue a su
lado, empecé a besarla en el cuello y ella, en vez de apartarse (cosa que pensé
que haría), se acercó más a mí todavía, por lo que yo segui besando su piel
poco a poco. A la vez, la acariciaba las tetas por encima del vestido de cuero…
Después de un rato, la
baje la cremallera del vestido e hice lo mismo encima de la piel de sus preciosas
tetas, mientras la chica no hacía más que acercarse más y más a mí, lo que
aprovechaba para apretarla un poco más las tetas para acariciarlas más y más.
En ciertos momentos, aprovechaba para tocarla los pezones y ponérselos muy, muy
duros, circunstancia que notaba cada vez que pasaba mis dedos por encima de
ellos…
Pasados unos minutos,
la quite el vestido de cuero, la aparte las braguitas y la penetre, por detrás,
apoyándola en la pared para poder agarrarla de la cintura y acometerla de vez
en cuando con fuerza, siendo lo normal que lo hiciera con suavidad…
-¡¡Aaaaayyyyyy, si, si,
siiiiii…!! ¡¡Dale, dale, daaaaleeeee!! – gritaba la chica con cada acometida.
Y yo la hacía caso.
Cada vez que gritaba eso, la apretaba más fuerte la cintura y la penetraba con
más velocidad y más fuerza, para luego volver a hacerlo con suavidad y dulzura,
con besos y caricias en la espalda…
Al cabo de unos
minutos, la di la vuelta, la quite las braguitas y la apoye una pierna en una
ventana cercana, para así penetrarla por delante, pero un poco torcidos. La
chica se apoyaba en mí y me besaba de vez en cuando, besos que yo la devolvía
antes de seguir con mis movimientos arriba y abajo, arriba y abajo… Movimientos
que, a veces, combinada con caricias en la pierna que estaba apoyada en la
ventana.
Al cabo de un tiempo,
la chica me dijo que me apoyara en la pared, cosa que hice, y ella se puso de
rodillas y empezó a lamerme el pene poco a poco, para de vez en cuando
metérsele entero en la boca y después dejarlo a medias, para volver a empezar
otra vez desde el principio. También usaba sus dos manos para masturbarla de
vez en cuando, antes de metérsela en la boca y jugar con su lengua en la punta
de mi pene, cosa que me ponía cachondo total…
Unos momentos después,
dejó de hacer lo que estaba haciendo y empezó a bailar delante de mí,
totalmente desnuda como estaba. Como se movía, que movimientos más sexys hacía…
…Hasta que vio que mi
pene se ponía todavía más duro de lo que estaba, que se acercó contoneándose de
manera muy, pero que muy sensual, lo cogió en sus manos y delante de sus tetas
lo masturbo hasta que la bañe en semen, corriéndome encima de sus preciosas
tetas y de su sexy abdomen.
Después de ayudarnos
mutuamente a vestirnos, la dije que mi casa siempre estaría abierta para ella y
la chica contestó que me tomaba la palabra, que volvería algún día sin tardar
mucho. Nos despedimos con un beso y con la mano diciéndonos adiós. Ella se
perdió por la escalera y yo entre en mi casa, pensando en el pedazo de bombón
que se acababa de ir…
Mmmm, no sé por qué pero me resulta familiar la historia ;)
ResponderEliminarEspero haber hecho justicia a las fotos que te hiciste, amiga mia ;) ;)
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