Cerca de mi casa había
otra urbanización a la que iba mucho, porque allí vivían varios familiares
míos. Un día me fije en que estaban haciendo una mudanza dos chicas y me ofrecí
a ayudarlas, antes de ir a ver a mis parientes. Entre mueble y mueble, me
dijeron que eran hermanas y que venían del sur, de Andalucía. Yo pensé que
algunos se quedaron muy decepcionados, porque las dos estaban más que buenas,
estaban buenísimas y además eran muy simpáticas…
Total, que acabamos la
mudanza y yo fui a ver a mis parientes. Pero la siguiente vez que volví, más o
menos mes y medio después, mis parientes no estaban en casa y me dije, porque
no voy a visitar a ese par de bombones sureños. Y allí que fui…
Cuando llegué, llamé a
la puerta y me abrió la pequeña de las dos hermanas (_____ se llamaba),
diciéndome que la otra había ido a hacer unas compras. Cuando entraba, me fije
en que estaba especialmente sexy, con unos pantaloncitos cortos y una camiseta
que dejaba ver que no llevaba sujetador. Esa visión me provoco un calentón,
porque la chica estaba buenísima, pero conseguí disimularlo y entre. Me ofreció
tomar algo y la dije que una fanta naranja. Ella dijo que tomaría otra, así que
fue a la cocina a buscarlas. Yo me senté en el sofá del salón (donde me había
dicho ella, por cierto) y la espere.
Pero cuando volvió, no
traía las bebidas, lo que no traía era camiseta. Madre mía, que pechos más
bellos tenía. Yo pegue un respingo en el asiento y dije que estaba guapísima y
ella se me acerco, me hizo sentar otra vez y se sentó encima de mi…
Lo que yo aproveche
para acariciar y lamer sus preciosos pechos poco a poco, primero con las dos
manos y luego haciendo círculos alrededor de ellos, mientras ella me acariciaba
el pelo y el cuello con sus manos para ir bajando hacia los botones de la
camisa, que me quitó para acariciar mi
pecho y lamer con su lengua mi piel poco a poco, mientras yo seguía acariciando
sus pechos, subiendo de vez en cuando hacia su cuello…
La chica siguió bajando
hacia mi entrepierna y cuando llegó, me quitó los pantalones y empezó a lamer
mi pene con su lengua, primero poco a poco y después más rápido, para después
volver a empezar despacio e ir aumentando la velocidad…
Mientras la chica
seguía lamiéndome el pene, en un momento dado y de repente, a mí me pareció que
se abría la puerta, pero como en un rato no pasó nada, pues pensé que sería
algún ruido de la calle y lo olvide, concentrándome en la estupenda chica que
tenía encima…
…Que seguía lamiéndome
el pene de una manera que me ponía cada vez más caliente. Unos minutos después,
se quitó los pantaloncitos que llevaba y se metió mi pene en su coñito húmedo,
para empezar a moverse arriba y abajo, arriba y abajo. Yo estaba en la gloria,
cuando noto que me tocan la cabeza. Miró hacía arriba y es la otra hermana
totalmente desnuda (otra preciosidad, de nombre _____). Yo la dije que me
besara y ella lo hizo, mientras su hermana seguía encima de mí. La chica besaba
de cine, y mientras lo hacía aproveche para extender mis manos hacia sus pechos
y acariciarlos como hice un rato antes con los de su hermana.
Unos minutos después,
la dije que pusiera su coñito en mi boca para lamérselo y acariciarlo con mi
lengua y ella así lo hizo. Mientras, su hermana la besaba una y otra vez,
mientras no dejaba de subir y bajar encima de mi pene…
El coñito de la hermana
que llegó más tarde estaba deliciosamente cálido y yo con mi lengua lo
acariciaba de arriba abajo y de abajo arriba, para después, con dos dedos,
penetrarla muy despacio, sacarlos y volver a penetrarla…
Unos minutos después,
las chicas cambiaron sus posiciones y la que había llegado tarde pasó a estar
sobre mi pene y la que estaba en casa pasó a tener su coñito (con el sabor de
mi pene en el) en mi boca, para así estar unos minutos más…
Después, una se tendió
en el sofá boca arriba y la otra empezó a lamerla su coñito, mientras yo
penetraba por detrás a esta última, moviéndonos todos en un coro rítmico que
hacía que la temperatura de la habitación subiera poco a poco…
-¡¡Si, si, si, más
fuerte!! – gritaba a la que me estaba follando.
-¡¡Cállate y sigue!! –
decía la otra hermana, empujando a la chica hacia su sexo…
Cada uno hacíamos caso
a la que teníamos que hacérselo, así que yo la daba más fuerte y la chica
hundía su lengua en el sexo de su hermana con devoción. En un momento dado,
cambiamos las posiciones y la que estaba tumbada pasó a ser la que fue follada
por mi (tumbada boca arriba) y la que yo me estaba follando pasó a tener su
coñito en la boca de su hermana, pero erguida encima de su boca…
-¡¡Mmmmmmmmmmmmmm!! –
coincidieron en gritar casi a la vez las dos hermanas.
Al rato, una se puso
boca abajo en el sofá, apoyada en la parte de arriba del mueble y la otra se
sentó boca arriba. En esa posición, mientras penetraba a una, acariciaba el coñito
de la otra y al revés, cuando penetraba a la otra, acariciaba los pechos y el
coñito de la primera por turnos. Al cabo de un rato, cambiaron de posición,
pero yo no de situación, así que seguí haciendo lo mismo con ellas, mientras
notaba que las dos se iban calentando cada vez más, lo que hacía que yo también
tuviera la temperatura muy alta…
Pasados unos minutos,
me dijeron que me apoyara en la pared y, por turnos, me empezaron a lamer otra
vez el pene, para a veces hacerlo las dos a la vez. De vez en cuando, se la
metían en la boca las dos a la vez…
Así estuvieron un rato,
hasta que consiguieron que me corriera en sus preciosas tetas, pero aun así
siguieron lamiendo y acariciando con sus lenguas mi pene, hasta que quedo bien
limpio de semen… En estas, note que ellas también se corrían, pues un
estremecimiento les recorrió el cuerpo por unos instantes, antes de que todos
quedáramos relajados.
Cuando recuperamos el
aliento, nos vestimos poco a poco y la más pequeña fue a buscar unas bebidas,
que tomamos en animada charla, hasta que nos despedimos, quedando para otro día
y repetir la experiencia… o solo con una de las dos, me dijeron. Tengo que
reconocer que a mí me deba igual, porque las dos estaban igual de buenas y eran
igual de bellas.
Pero cómo te lo montas Miguel, con las dos a la vez encima, buen relato un beso cielo
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