martes, 4 de agosto de 2015

La chica del kiosko

LA CHICA DEL KIOSCO/LAS CHICAS DE LA LOTERIA

En mi pueblo, casi nunca hubo un quiosco para vender la prensa/lotería, pero de un tiempo a esta parte, pusieron uno, aunque cambió pronto de dueño. No voy mucho, pero cuando voy siempre da la casualidad de que hay una chica hispanoamericana de muy buen ver, la verdad… (también puede ser una chica española joven, morena, muy sexy u otras tres chicas, una morena bajita, una rubita con gafas u otra morena más mayor... -todas se incluyen de aquí en adelante en el relato-).

Uno de los días que fui, la chica tenía una camiseta de esas que siempre dejan un botón abierto cerca del cuello y vi que tenía unas tetillas muy ricas. No sé si ella se dio cuenta o no, pero siempre que iba la miraba el escote, a ver si volvía a ver esas preciosas tetas. Un día note que era ella la que me miraba distinto, pero no supe cómo interpretarlo… Total, que me fui, pero cuando volvía notaba que ella se desabrochaba el botón de arriba cada vez que me veía entrar (pienso que ella creía que no me daba cuenta, pero sí, me daba cuenta…).

Un día, cuando entre en el quiosco no había nadie en el mostrador, pero oí que estaban en la trastienda. Cogí lo que había ido a buscar y espere a que quien fuera saliera. De repente, se oyó una voz (era la chica que siempre estaba cuando yo iba) desde la trastienda que decía sí podía entrar a ayudarla, que tenía que sacar una caja muy pesada y ella sola no podía.

-Claro. Ahora voy – conteste. Y me encamine hacía la puerta…

Y al llegar a ella, la vi agachada hacia ella empujando la caja… Madre mía, que visión más bella. Llevaba una camiseta que dejaba ver su precioso escote y unas tetillas que impresionaban de bonitas. Creo que se dio cuenta de que la miraba, porque me dijo que si estaba allí para ayudarla o para que estaba…. Yo espabile y la dije que sí, que estaba allí para ayudarla. Entre los dos sacamos la caja a la zona de ventas y yo volví a por una botella de agua a la trastienda.

Llevaba un minuto aproximadamente bebiendo de la botella, cuando noto que alguien entra en la trastienda y me empieza a acariciar el pelo, bajando por el cuello hacia el pecho, desabotonándome la camisa. Yo me intente volver para ver quién era, pero no me dejaron y siguieron acariciándome el pecho, a la ve que iban bajando hasta llegar a la entrepierna, cuando note que me abrían el pantalón y me bajaban los calzoncillos, a la vez que se ponía delante de mí…

Y ahora es cuando vi a la persona que me estaba haciendo pasar tan buen rato. Era la chica del quiosco, que al final había decidido pasar a la acción.

Al ponerse delante de mí, me agarró el pene y se lo metió en la boca mientras yo la acariciaba el pelo y su bella cara. Ella jugaba con mi pene arriba y abajo, arriba y abajo, para de vez en cuando masturbarlo con una mano y luego con la otra, para después volver a empezar a chuparlo y jugar con su lengua en la punta…

Al cabo de un rato, se levantó, se quitó la camiseta y yo aproveche para empezar a acariciar sus bellas tetas, para de vez en cuando lamer un pezón primero y acto seguido el otro, así poco a poco y varias veces, para después ir bajando por el abdomen de la chica hasta llegar a sus pantalones, abriendo la cremallera y quitándoselos para poder acariciar su coñito mojadito unas cuantas veces por encima de sus braguitas…

Acto seguido se las quite y con dos dedos empecé a penetrarla muy despacio, muy despacio… para después acelerar durante un rato para volver a hacerlo muy despacito…

-¡¡Mmmmmmmmmmmm, sigue, sigue, sigue…!!! – gritaba ella, dándome yo cuenta que estaba lista para la siguiente fase.

Siguiente fase que procedí a comenzar rápidamente, pues ella me dijo que la penetrara apoyada en unas cajas que había allí apiladas. Poco a poco la metí mi pene en su coñito caliente y primero muy despacito y después más rápido, para unos minutos después hacerlo al revés, primero rápido y luego despacio, en andanadas consecutivas y sucesivas.

-¡¡Si, si, siiiiiiiii!! ¡¡Dale más fuerte!! – empezó a gritar la chica.

Y la hice caso. Empecé a penetrarla más fuerte durante un largo rato, hasta que la dije que se diera la vuelta e hice lo mismo por detrás, agarrándola de la cintura para que las acometidas fueran más fuertes y tirándola del pelo de vez en cuando, porque lo pedía ella. A la vez, la acariciaba la espalda, bajando hasta su lindo culito, donde la daba un azote en una nalga y luego en la otra, para después volver a agarrarla de la cintura y acometerla otra vez, y otra vez, y otra vez…

Unos minutos después, la hice ponerse otra vez boca arriba y después de acariciarla todo el cuerpo varias veces y notar como se calentaba todavía más, la puse el pene entre sus tetas y ella se las agarró, apretándoselas para agarrarme mi pene entre ellas, y entonces yo empecé a moverme arriba y abajo, arriba y abajo, arriba y abajo… hasta que me corrí sobre ellas y empecé a besarla poco a poco en la frente, para después ir bajando por la nariz para acabar besándola varias veces en la boca, antes de ayudarla a vestirse. Ella hizo lo mismo conmigo y salimos de la trastienda, para intercambiarnos nuestros teléfonos y repetir la experiencia que acabamos de tener más veces, en casa de alguno de los dos, o en la de los dos…


Estuvimos charlando un rato, yo cogí mis compras y me fui a casa, despidiéndome de la chica con un largo beso que ella me devolvió agradablemente en la puerta del establecimiento. Cuando ya estaba un poco lejos, me volví a despedir con la mano y ella hizo el mismo gesto con una suya.

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