jueves, 24 de enero de 2013

El Balcón de mi Vecina


     Vivo en una urbanización compuesta de tres bloques de pisos en paralelo unos a otros, con lo que los de un bloque ven los balcones del siguiente. Y en esto mi piso tenía unas vistas espectaculares. Delante de mi balcón, a unos metros que no imposibilitaban una perfecta visión, vivía una chica rubia muy guapa y sexy, porque sus vestidos dejaban entrever unas tetas preciosas, un culito respingón y unas piernas esplendidas. Cuando ella salía, yo hacía que buscaba algo y no la quitaba ojo hasta que se volvía a meter en su casa.

     En eso estábamos cuando recibí una llamada del administrador de la comunidad para que ayudara a una vecina a organizar unos papeles, pues sabía que trabajaba con archivos. Yo le dije que sí y me dio la dirección. Le comente que iría a los dos días por la mañana. El me dio las gracias y dijo que avisaría a la chica.

     Llegó el día y me dirigí a la dirección que me indico el administrador. Llegue y llamé al timbre… ¡¡quedándome de piedra!! La chica que necesitaba ayuda era a la que yo miraba a hurtadillas. La saludé como pude y ella me dijo que entrara. Me llevó a la habitación donde tenía los papeles y me dijo que cuando terminara la avisara, dándome las gracias por ayudarla. Estaba preciosa, con un top blanco que marcaba sus tetas y unos pantaloncitos cortos, cortos que hacía que sus piernas fueran espectaculares.

     Me olvide de la chica y empecé a trabajar en los documentos. Me llevó un tiempo medio ordenarlos todos. Cuando estuvieron todos colocados, llame a la chica y la explique cómo estaba todo ordenado. Ella me dio las gracias otra vez y me dijo que cuando recogiera unas cosas que había llevado me esperaba en el balcón. Yo la dije que muy bien y al cabo de unos minutos fui para allá.

     Cuando llegue, ella estaba preciosa, apoyada en la barandilla del balcón. Se volvió y se acercó a mí y me besó. Yo se lo devolví y cuando pude la pregunte que qué hacía.

  -Pagarte tu ayuda, amigo mío. Eso y las miraditas de deseo que veo todos los días – me respondió. Yo mientras pensaba que como demonios se podría haber dado cuenta de eso.

     La verdad es que no tuve mucho tiempo de seguir pensando, pues dicho eso se hecho en una tumbona que estaba en el balcón, a la derecha de la puerta, y yo la levante poco a poco el top, mientras la acariciaba sus preciosas tetas con una mano. Cuando conseguí quitarla el top entero, empecé a lamérselas poco a poco y muy suavemente. A la vez, procedí a acariciar su coñito con la mano izquierda, también muy suavemente. Al cabo de un rato pare y volví a empezar un poco más fuerte, combinando las dos formas durante un rato. Mi vecina se movía al ritmo de mis manos y mi lengua.

     Al cabo de un rato, empecé a bajar poco a poco por el abdomen de mi vecina hasta llegar a sus pantalones cortos. Allí metí la mano por ellos y empecé a masajear el coñito de la chica, que poco se iba calentando. Lo notaba porque cada vez estaba más mojadita. Poco a poco empecé a bajarla los pantaloncitos, mientras no dejaba de masajear el interior de los mismos. Cuando se los quite del todo, mi lengua comenzó a hacer lo mismo que estaban haciendo mis dedos anteriormente. Poco a poco la chica se ponía más caliente mientras seguía jugando con mi lengua en los bajos de mí vecina.

  -Ooooohhhh,siiiiiiiiiiii. Ooooohhhh, siiiiii. Siiiigueeeee, siiiigueeeee… - gemía la chica.

     Como la chica disfrutaba, yo seguí un rato más acariciándola el coñito y cuando vi que estaba preparada me quite los pantalones y la penetre muy despacio, para notar como ella se acomodaba al ritmo de mis embestidas, al principio muy despacio y luego más fuertes, para en un tiempo usar primero una técnica y luego la otra, primero muy despacio y luego más rápido, para luego hacerlo al revés y a la tercera otra vez como la primera y vuelta a empezar…

     Al cabo de un rato, la dije que se levantara, me apoye contra la pared del balcón, la agarre por la cintura y la penetre por detrás, quedándose ella de pie. Mientras entrabamos y salíamos, una de mis manos acariciaba sus tetas y su coñito, mientras la otra acariciaba su abdomen mientras la aguantaba. Los dos nos movíamos al compás mientras poco a poco notaba como se iba calentando la pared a mis espaldas…

     Un tiempo después, la chica me dijo que me tumbara en la tumbona y se puso encima de mí. Se estiro hacia atrás y mientras saltaba encima de mi polla, yo acariciaba sus tetas con las dos manos, primero haciendo círculos sobre ellas y después acariciando poco a poco sus pezones erectos, luego al revés y después vuelta a lo primero… Cuando noto que se corría, se paró y con sus manos masturbó mi polla hasta que mi leche se vertió sobre la zona superior de su coñito, cerca de su abdomen.

  -Mmmmmmm, que bueno, amigo. Follas muy bien, vecino- decía mientras saboreaba mi leche sobre sus dedos en su boca.

     Unos minutos después de terminar, nos tumbamos los dos en la tumbona hablando de todo un poco y de esto y aquello, sin ser nada en concreto. Después nos vestimos y ella fue a buscar un par de refrescos, que nos tomamos en el balcón tranquilamente. Una hora después, con el calentón ya más calmado, nos despedimos con la promesa de repetirlo algún día…

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