-----/////-----FIESTA
PRESENCIAL-----/////-----
Estaba pensando si sería bueno
dejar de contar por una vez sueños y contar una situación real que me paso no
hace mucho. Lo he pensado mucho, después de hacerlo (quizá demasiado tiempo),
he decidido que sí, que voy a contar una experiencia real y que si no s gusta,
la quito y en paz, mis lectoras, jejejejejeje.
Estábamos un grupo de amigos en casa de
uno de nosotros, en el pueblo vecino del mío. La verdad es que estábamos viendo
el partido que daban ese día por la tele, cuando llaman a la puerta. Me levanto
a abrir y es otro amigo, que entra y nos dice que le han invitado a una fiesta
de otro amigo común y que este le había dicho que nos lo dijera, por si nos
interesaba ir. Todos dijeron que no, que el partido estaba en su máximo apogeo
y que no les interesaba perdérselo. Pero yo dije que sí y me fui con el chico
que vino a avisarnos. Como no estaba lejos, cogí mi chaqueta y nos fuimos
andando tranquilamente.
Cuando llegamos, nos recibió el anfitrión
y pasamos al salón de su casa, donde había mucha gente. A algunos los conocía y
a otros no los había visto nunca. Entre estos últimos había una chica de fuera,
quizá cubana o dominicana, que era preciosa y parecía muy simpática, además de
estar más buena que el pan con queso (esto lo decía mucho mi padre, jejejeje).
Estuve observándola un rato y no solo yo, porque note que había más gente que
no la quitaba ojo de encima… y no solo hombres, la verdad.
-Oye, amigo, ¿quién es esa chica que parece
extranjera? – pregunte a mi amigo.
-Una amiga de _____, creo. Me parece que
es cubana, pero no estoy seguro – respondió mi amigo.
En ese momento, llamaron a mi amigo y la
chica salió de la habitación, así que me acerque a otro de los grupos que había
formados y allí estuve durante un buen rato, sin dejar de mirar de vez en
cuando a ver si volvía la chica cubana… pero no volvió.
Todo el tiempo que estuve allí pensé en la
chica cubana, pero ya estaba aburriéndome, porque llevaba mucho tiempo allí.
Total, que al cabo de dos o tres horas empecé a pensar que era hora de irse.
Así que empecé a buscar mi chaqueta. Recordé que estaba en la entrada, así que
hacia allí me dirigí. Al salir al pasillo, vi que a ambos lados había varias
puertas, cosa que no había visto al entrar. Me dirigí a la puerta de entrada,
pero no llegue. Al pasar por una puerta del centro del pasillo más o menos (eso
lo mire después de lo que voy a contar ahora), note como una mano me arrastraba
a la habitación y una vez allí me tiraba sobre la cama.
En lo que me dio tiempo a mirar, logre
distinguir que la habitación era blanca, con el suelo marrón de un material que
no enfriaba los pies, que la cama estaba a la izquierda de la misma, en
posición horizontal… y nada más. Porque note como me bajaban los pantalones y
los calzoncillos y me empezaban a chupar el pene de una forma muy sexy. Se lo
metió en la boca y con la punta de la lengua jugo con la punta de mi polla
durante unos minutos, hasta que procedió a metérsela hasta el fondo una y otra
vez, una y otra vez… y yo excitándome cada vez más, un poco por la mamada y
otro poco por no saber quién me la hacía.
Unos minutos después de estos
pensamientos, la dije que se tumbara y la penetre fuertemente, tras ponerme un
condón que ella me tendió. Ella gimió y fue ahí cuando descubrí quien era. Era
la cubanita que nadie podía dejar de mirar. Tenía un cuerpo estupendo y unas
tetas de vicio, así que mientras la follaba se las lamía, primero una y luego
la otra. A veces paraba para lamerlas más cuidadosamente, pero después volvía a
empezar a penetrarla más velozmente.
Ella gemía cada vez más alto cada vez.
-¡¡Siiii, siiiiii, siiiii. Maaaaas, maaaaas…
dale más fuerte!!
Y yo la hacía caso. La daba más fuerte. Al
cabo de un rato, la dije que se apoyara en la pared para follarla por detrás y
ella lo hizo. Empecé a penetrarla por detrás poco a poco, poco a poco. Ella
gritaba y gritaba… pero resultó que los tacones eran inestables y se rompieron,
cayendo los dos al suelo. Después de mirarnos con una sonrisa pícara, ella
eligió que me sentara en la cama y ella se subió encima de mí para saltar con
mi polla dentro, primero poco a poco y después más rápido, para enseguida
detenerse y volver a empezar, para al cabo de un rato volver a detenerse y
volver a comenzar poco a poco… hasta que ella noto que me corría dentro del
preservativo y empezó a saltar más fuerte hasta que lo hice. Ella se bajó y
note que también se había corrido.
Tras ayudarla a vestirse, ella hizo lo
mismo conmigo y me dijo su nombre (_____ creo recordar). Después salimos de la
habitación y la acompañe a su coche. Entonces me dio una tarjeta, se despidió y
se fue. Yo fui andando a mi casa y al llegar vi que en la tarjeta ponía que le
encantaría repetirlo todo, incluso las horas de miradas indiscretas…
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